Paz En La Tormenta
Muchos son, Señor, mis enemigos; muchos son los que se me oponen, y muchos los que de mí aseguran: Dios no lo salvará. Selah
Pero tú, Señor, me rodeas cual escudo; tú eres mi gloria; ¡tú mantienes en alto mi cabeza! Clamo al Señor a voz en cuello,
y desde su monte santo él me responde. Selah
Yo me acuesto, me duermo y vuelvo a despertar, porque el Señor me sostiene. No me asustan los numerosos escuadrones que me acosan por doquier. ¡Levántate, Señor! Ponme a salvo, Dios mío! ¡Rómpeles la quijada a mis enemigos! ¡Rómpeles los dientes a los malvados! Tuya es, Señor, la salvación; ¡envía tu bendición sobre tu pueblo! Selah Ps. 3 NVI